Un buen par de zapatos de baile, deben aportarnos comodidad, proteger nuestros pies, además de ayudar y facilitarnos a los movimientos; al mismo tiempo dar la elegancia que corresponda al tipo de baile que ejecutamos. Muchos cuando empiezan a bailar, piensa que es lo mismo bailar con calzado de la calle, que con zapatos de baile. Pero si lo pensamos bien también es verdad que cada actividad que desarrollamos requiere un calzado adecuado para poder ejecutarla.
No cuestionamos que tipo de zapatos que nos ponemos para ir al gimnasio. A ninguna se le ocurre ir a hacer ejercicio con zapatos de tacón, ¿verdad? Igual que los deportistas requieren calzado y accesorios específicos para un mejor desempeño, los bailarines o aficionados al baile, tienen que utilizar los productos y elementos adecuados, por lo que es imprescindible la calidad del calzado para bailar.
Es fundamental que todas las costuras de los zapatos de bailes sean resistentes y que todas sus piezas sean reforzadas. Esto garantiza que los zapatos entre saltos, golpes y movimientos absorban y amortizan los impactos y golpes sin que se rompan. Y todo esto por supuesto sin perder la comodidad y flexibilidad del calzado.
Los zapatos de calle no están diseñados para soportar los esfuerzos a los que se somete uno cuando baila con ellos. En una sesión intensa de baile con un zapato convencional fácilmente se puede dañar o romper la suela, las tiras o el tacón. Mientras que un buen zapato de baile es un elemento que puede hacer toda la diferencia al bailar. Para un/a bailarin/a la posibilidad de hacer giros rápidos, pivotear, saltar y detenerse con precisión es fundamental y todo eso sin hacerse daño ni romper el calzado. Por lo cual no se puede cuestionar ni re-emplazar el tipo y la calidad de los materiales que se usa en la fabricación de zapatos de baile.
La característica principal de unos buenos zapatos es que deben ser cómodos para bailar. Se deben ajustar al pie como si fuera un guante o mejor decir como un calcetín. Sino, obliga al bailarin/a a realizar un esfuerzo extra para mantener su postura y equilibrio mientras baila, realiza giros o movimientos rápidos. Debido a estos esfuerzos se deforman y sufren los pies, piernas, articulaciones, ligamientos y meniscos.
Para los bailarines es imprescindible estar cómodo a la hora de bailar y concentrarse en la actuación y no en el calzado que lleva. Por lo tanto también es de mucha importancia escoger un producto de excelente calidad y no ahorrar en la salud y bienestar de tus pies. ¡Ellos seguramente te lo agradecerán!